En la obra icónica de Mary Shelley, Frankenstein, la autora presenta un profundo comentario sobre la ambición desmedida del ser humano y las consecuencias de jugar a ser Dios. Escrito en forma de novela gótica, el libro combina elementos de ciencia ficción y horror para explorar temas como el aislamiento, la soledad y la alienación. Shelley utiliza un estilo narrativo epistolar que le otorga una sensación de realismo a la historia, a pesar de su naturaleza fantástica. Mary Shelley, influenciada por las discusiones filosóficas y científicas de la época, concibió la idea de Frankenstein durante un viaje a Suiza con su marido Percy Shelley y Lord Byron. Sus propias experiencias personales de pérdida y tragedia se reflejan a lo largo de la obra, añadiendo una capa de profundidad emocional a la narrativa. Recomendaría este libro a cualquier amante de la literatura clásica que busque una lectura que desafíe sus concepciones sobre la moralidad y la ética, así como a aquellos interesados en la intersección entre la ciencia y la humanidad.