Este es un libro en el que se habla, en su gran mayoría, del amor, del desamor, pero siempre de la esperanza y de los sueños que —dormidos o despiertos— son muy importantes en nuestra vida.
Aunque es un libro corto, que se podría leer de una sentada, si me permiten un consejo, yo recomiendo leerlo despacio, para sacarle el mayor provecho. Todas las frases tienen un porqué, y también es muy importante fijarse muy bien en los dibujos, pues gran parte de ellos tienen una relación muy directa con el texto y una gran carga simbólica.
Espero que lo disfruten tanto como lo he hecho yo al escribirlo y ordenarlo.

Aunque el oficio que me dio de comer hasta mi jubilación fue el de fontanero, (o plomero, como dicen en Sudamérica), siempre me sentí atraído por las bellas artes: dibujo, pintura y escultura. En todas ellas he hecho mis pinitos, y, por supuesto, la poesía, que llevo escribiendo desde los años 80, y de donde se nutre este poemario. No quería que durmiese eternamente en un cajón o, en el peor de los casos, acabara en el contenedor de reciclaje.

Es por ello que me he decidido a abrir ese cajón y dejar que vuelen, cuan mariposas, estos mis versos, para quien los quiera contemplar.

Quiero advertir a la lectora o al lector que este libro tiene muy poco de autobiográfico y sí mucho más de mi inquietud interior.