Hay cicatrices que se ven y otras que se quedan dentro. Algunas se convierten en recordatorios de lo que sobrevivimos; otras, en heridas abiertas que nunca terminan de cerrar.
A veces, el mayor peso no es lo que nos pasó, sino lo que nos decimos a nosotros mismos cuando nadie escucha. La mente es un laberinto con pasillos oscuros donde las dudas, los miedos y los recuerdos se repiten en eco. Y en ese eco, aprendemos a escondernos, a ponernos máscaras, a fingir que estamos bien, aunque por dentro todo se derrumbe.
Pero incluso en medio del caos, hay momentos que sostienen. Un abrazo inesperado. Una risa en el instante justo. La voz de alguien que nos dice lo que hemos olvidado: «No estás solo». Y entonces, aunque sea por un segundo, respiramos.
Caos y cicatrices es un viaje sin brújula a través de la lucha interna, de la ansiedad que paraliza, del miedo a ser feliz y de la amistad que salva sin saberlo. Silvia González nos habla de lo que significa estar roto, pero seguir caminando. Porque, aunque a veces el dolor parezca eterno, tarde o temprano aprendemos a vivir con nuestras cicatrices.

Silvia González nació en Galicia, en 2005, una tierra que le regaló personas y oportunidades que no cambiaría por nada, aunque en más de una ocasión sintió el impulso de huir y comenzar de nuevo. Es una persona reflexiva, encontró en la escritura un refugio y un proceso terapéutico que se transformó en el deseo de ayudar a otros a enfrentarse a sus propias cicatrices.
Es una apasionada de los libros. Su obra Caos y cicatrices es un viaje honesto y valiente a través de la lucha interna, la ansiedad, el miedo y la búsqueda de aceptación. Con una voz sincera, Silvia nos recuerda que, aunque a veces el dolor parezca eterno, siempre es posible aprender a vivir con nuestras cicatrices.