A las puertas del siglo XX, la magia de las piedras
envueltas en encaje de musgo, de gotas y retales
de historia, son testigos de la vida de Manuela,
de su amor por José, de cómo la vida le hizo
recorrer caminos de tierra y de sentimientos, deseos,
sueños, dolor más allá de lo que la mente es capaz
de entender, raíces del alma que buscan la calma
del bosque.
Una cascada de sentimientos recorre esta historia,
la de un amor que se repite a lo largo de los
tiempos, de mil culturas y rincones, que sobrepasa
la razón porque sólo cabe en el corazón.
No quiero despertarla, hilos de realidad y ficción en la
urdimbre del tiempo, ahora y siempre.

Esther Cepeda Barros (1955), nació en Susana, una ladea cerca de Santiago de Compostela, lo que le hace ser gallega de corazón y ribereña de adopción ya que, desde muy joven, vive en Aranjuez.
Siempre ha disfrutado escribiendo, sobre todo a pluma con tinta morada, tanto poesía, como cuentos, relatos cortos, artículos, incluso llegó a trabajar en un periódico local, aunque la mayor parte de su vida laboral se ha desarrollado en el ámbito de la educación, como maestra y como educadora social.
No fue hasta últimos de 2005 cuando decidió escribir un libro, fue entonces, por "cosas de la vida y de la muerte", cuando supo qué quería escribir, ahí nació su primera novela "No quiero despertarla". Durante años la guardó como algo íntimo y personal, hasta que decidió que otros la leyeran dándole la forma que todo escritor quiere para su obra, un libro.